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Los mozos de Villaobispo de las Regueras tuvieron un fatal despiste hace más de medio siglo en el que perdieron el pendón de la localidad. Según la historia que ha podido reconstruir su actual pedáneo, José Manuel Rodríguez Almuzara, la comitiva que pujó el estandarte hasta León hace más de cinco décadas, para participar en uno de los tradicionales encuentros de pendones de la provincia durante la festividad de San Froilán, sacó la tela del mástil tras la exhibición y la dejó amarrada a la verja de la Catedral. «Después irían a tomar unos vinos y cuando regresaron, el pendón ya no estaba», comentó.
Aquel lapsus dejó huérfano de su elemento más señero de identidad a Villaobispo durante años, hasta que hace unos meses la junta vecinal, el Ayuntamiento y la Diputación sumaron esfuerzos para reconstruir el pendón, que ha podido inaugurarse coincidiendo con la festividad de San Isidro Labrador.
Las expertas manos de las monjas Carbajalas de León unieron los paños del nuevo pendón, que se extiende 2,5 metros de ancho y desfila sobre una vara de 8 metros de altura. Su color es grana, con bordes también grana y verde. «Es más modesto que el original, que estaba confeccionado con hilos de oro, pero el resultado ha sido espléndido y, sobre todo, la localidad ya tiene de nuevo pendón», señala el presidente de la junta vecinal de Villaobispo y concejal del Ayuntamiento de Villaquilambre, Rodríguez Almuzara.
La pedanía llevaba años intentando encargar otro estandarte sin conseguirlo. Gracias al apoyo económico de la institución provincial, que aportó una subvención de 1.750 euros, y del Consistorio, que abonó otros 4.250 euros, la pieza ha podido ver la luz de nuevo.
El párroco del pueblo bendijo el pendón la pasada semana, así como el nuevo escudo, diseñado según las referencias que se hallaron en el Archivo Histórico Provincial sobre Villaobispo. En la labor, la junta vecinal dispuso de la colaboración de la Universidad de León. El blasón hace referencia a las compuertas que también determinan el escudo de Villaquilambre, a la institución del Obispado que da nombre a la localidad y al trigo, que remarca el carácter rural y agrícola que definió a la zona en el pasado.
El alcalde de Villaquilambre, Manuel García, estuvo presente en el acto de inauguración y mostró su satisfacción porque la localidad haya podido recuperar «un elemento señero de su cultura y que, actualmente, está muy en auge en toda la provincia». Tras el acto de bendición, el pendón se estrenó encabezando la romería de San Isidro, que recorre Villaobispo. Los habitantes portan la imagen del santo y una pendoneta alusiva. Hace más de medio siglo, el pueblo poseía una calle y 600 vecinos. Hoy, son casi 8.000.
Diario de León 21-5-2014
